Wednesday, December 13, 2006

"que lejos estaba de presentirlo, iba a encontrarme con ellos en un colegio de sordos"


"...El destino dijerase que gasta a veces bromas curiosas. Avisos, que no sabiendo que lo son, mal podemos interpretar. Yo tuve uno, cierta mañana en que estaba con mi padre en la estación de Quevedo, cuando en el andén esperabamos la llegada del tren (cuyo ruido por cierto al acercarse, así como creo recordar que el sonido de una bocina, nos avisaba y me hacía apartarme instintivamente del bordillo). dos niños, un poco mayores que yo, y no muy bien vestidos -uno de ellos con un jersey verde-botella-no se estaban quietos. Lo mismo que yo tuve que mirarlos, tenían que atraer forzosamente la atención (de lo que ellos no parecían en absoluto conscientes) de cuantos estuvieran cercanos: Parecia que jugaban a un juego estúpido de mover sus manos a gran velocidad, hacer extrañas muecas y visajes.-¿ A qué estarán jugando?- Pregunté a mi padre. les miró un momento y muy serio me aclaró que "eran niños mudos y estaban hablando por señas". les observé yo a mi vez y, llegado el tren, los aparte de mi atención como algo incomprensible y sin importancia para mí..."(Felix Jesús Pinedo Peydro)